Porsche 356 'Continental' | 3. Interior
En Porsche, los descapotables siempre han estado presentes desde su primera época en Austria. Aparecían en catálogo y son tan auténticamente Porsches como los modelos cerrados. El interior en estas variantes cobra una vital importancia, por el simple hecho de que se ve completamente desde el exterior, y debe cuidarse al máximo. Para los directivos de Stuttgart esta fue una de las razones por las que la versión abierta del 356 se orientó como coche de lujo. En Alemania de hecho se le llamaba Porsche “Dame” (literalmente “Dama” en alemán).
Cuando los tres primeros Porsche llegaron a Estados Unidos en 1950, esta decisión tomó aún más sentido: al cambio resultaba un coche caro y debía tener unos acabados a la altura de sus prestaciones. Exceptuando las versiones Speedster y America Roadster, todos los 356 que cruzaron el Atlántico iban equipados completamente, al igual que el ejemplar de estas páginas.
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Como se puede apreciar, la cabina está totalmente tapizado y los asientos son específicos (más cómodos que los de serie). El salpicadero dispone de todos los accesorios disponibles y en el centro se puede apreciar también la auto-radio opcional de la marca Telefunken. Sin embargo, el elemento más rompedor de su interior es el volante Petri “Superb”. Fue un carísimo accesorio disponible para coches Volkswagen y Porsche. Con él se pueden controlar los intermintentes y las luces (dispone incluso de testigos luminosos en su centro) y se opera mediante el aro interior concentrico y los dos pulsadores longitudinales horizontales.
Una vez terminado, nuestra unidad salió de la fábrica de Zuffenhausen en 22 de Diciembre de 1954 y desembarcó en Estados Unidos unos meses después. Es uno de los primeros ejemplos de un Porsche con acabado exterior a petición del cliente: el precioso tono naranja, tan apropiado en la California de los Cincuenta a la que iba destinado, se comprobó como auténtico en su restauración pese a que no aparecía en catálogo. Este hecho se corroboró con un registro de fábrica de la empresa Lechler, que mezcló originalmente dicho tinte (código 916) para Porsche en su día. El tono estuvo disponible oficialmente a partir de 1957 y, hasta esa fecha, es muy probable que fuese el único Porsche naranja en existencia.
Nada más abandonar la fábrica de Porsche, el suave invierno de Los Angeles recibió a este cabriolet a principios del '55.
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